| Aspasia y Pericles José Garnelo y Alda |
Recordad, vuestra contraseña es vuestro nombre griego (la inicial mayúscula) y vuestro nombre de usuario vuestro segundo nombre,
el patronímico.
| Aspasia y Pericles José Garnelo y Alda |
Llegan las Apaturias atenienses y cumplimos con la tradición, como cada año. Los nuevos alumnos de Griego I eligen sus nombres como orgullosos ciudadanos de su polis y así quedan inscritos en los registros de bronce de sus fratrías.
Se dice que en la Grecia antigua los recorridos más cortos de un lugar a otro se hacían por mar, el camino natural entre las casi dos mil islas que forman la actual nación; más aún si nos imaginamos a la Grecia Clásica desde las colonias de Emporión a la africana Alejandría y, por supuesto, a las tierras que le dieron el nombre con el que la conocemos todos, la Magna Grecia. Para empezar el curso hemos elegido unas pinceladas tomadas de la singular descripción que el literato británico Lawrence Durrell hizo sobre las islas griegas en 1978. Y es que no se trata de una útil guía de viaje para turistas amantes de Grecia, porque él ya no era un turista. Se instaló en Corfú con su madre y sus hermanos en los años treinta del siglo XX y ya quedó atrapado por la luz de Grecia y regresó con diferentes misiones diplomáticas tras la Segunda Guerra Mundial. Con él y con la música de Elefteria Arvanitaki, nos vamos a las islas.
Así, aunque sabemos que no nos perderéis de vista, que se olvidarán los aoristos radicales, pero seguiremos conservando nuestros lazos, que se alejará la pesadilla de los participios, pero que no olvidaremos las horas que hemos compartido, os deseamos lo mejor de ahora en adelante: a Andronico-Diego, a Cleopatra-Jocelyne, a Ifícrates-Miguel, a Neera-Toñi, a Alké-Alejandra, a Erífile-Irene, a Iseo-David, Euxino-Robert y Cleopatra-Tamara, a los que habéis aprendido griego clásico y también por eso
Que sean premiados o no en el concurso ESDELIBRO ya es una circunstancia ajena a nosotros, pero los alumnos de Griego I os habéis aproximado al léxico griego con un método científico y habéis demostrado vuestras dotes artísticas para exponerlo, para hacerlo comprensible a los demás. ¡Qué más se puede pedir!
Ya llevamos veinte años fieles a las representaciones del Festival Juvenil de Teatro de Cartagena y, aunque otras veces hemos sido más numerosos, se nos oyó aplaudiendo en nombre de nuestro centro como en las otras diecinueve ocasiones.