AP Photo/ Salvatore Allegra |
Los griegos que tenían una explicación poética incluso para los fenómenos que aún no comprendían, lo interpretaron así.
¿Qué fabricarán el dios y sus ayudantes?
"Luego fue en busca de los cíclopes. Los encontró en la isla de Lípara (...) junto a los yunques de Hefesto, en torno al hierro incandescente. Una gran obra los urgía: fabricaban un abrevadero de caballos para Posidón. Las Ninfas se aterrorizaron al ver a los terribles monstruos, semejantes a las rocas Oseas, todos con su único ojo bajo la ceja, descomunal como un escudo hecho con cuatro pieles de buey, brillando de manera horrible. Y se aterrorizaron al oír el ruido del yunque que retumbaba en la distancia, y el fuerte resoplido de los fuelles, y el pesado jadeo de los propios Cíclopes. Pues resonaba el Etna, y resonaba la Trinacria, morada de los SÍcanos, y resonaba la vecina Italia; la propia Cirno dejaba oír un gran estruendo cuando aquéllos, alzando los martillos por encima de los hombros, golpeando por turno ya el bronce candente al salir del horno, ya el hierro, resoplan con todas sus fuerzas."
Calímaco Himno a Ártemis (trad. Luis Alberto de Cuenca)
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