UN PREMIO PRINCESA DE ASTURIAS, TAMBIÉN PARA NOSOTROS

Si la personalidad y el talento para enseñar de la filóloga e historiadora Mary Beard nos había seducido ya, su discurso en la entrega del Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales nos llenó de emoción, porque generosamente nos incluía en estos tiempos de desprecio generalizado de nuestras materias:

Mary Beard en el IES Pérez de Ayala de Oviedo

Estoy realmente encantada de recibirlo no solo en mi propio nombre, sino también en nombre de todos los profesores, académicos y escritores que trabajan duro para hacer que nuestra conversación con el mundo antiguo sea tan viva, cautivadora y gratificante. 

Gracias, Mary Beard, por ayudarnos a dialogar con ese mundo clásico que tanto amamos, por acercárnoslo no idealizado, sino vivo y vibrante con todos sus glorias y fracasos. Y sobre todo, cercano.

LOS GRIEGOS EN EL ESPACIO

Estos dias ha llegado a su final una misión espacial que comnezó hace más de 12 años. La sonda Rosetta, y su hermana gemela Philae, han "cabalgado" sobre el cometa 67P/Churiumov-Guerasimenko los dos últimos años y ahora nos proporcionan datos sobre la primitiva naturaleza de nuestro sistema solar.
Y todo esto nos interesa porque "nada de lo humano nos es indiferente" -por supuesto- pero también porque esta misión de la Agencia Espacial Europea está llena de referencias clásicas, de guiños a la civilización que "inauguró" Europa, a la Grecia Clásica.
La sonda toma su nombre de la piedra Rosetta, la inscripción que permitió descifrar los jeroglícos porque presentaba el mismo texto en demótico, jeroglífico y griego clásico. También Philae tiene un papel en esta historia. En esta isla del Nilo se encontró un obelisco en el que junto a los jeroglíficos también había un texto griego, evidentemente una lengua de prestigio en la época.
Pero es que el cohete que lanzó esta misión era el Ariane, en clara alusión a la ingeniosa Ariadna que con su ovillo de hilo hizo posible que Teseo saliera del laberinto de Dédalo.
No sólo son referencias históricas o mitológicas, sino léxicas, porque un cometa para los griegos era una estrella "melenuda" (κόμη) y un planeta un "vagabundo" (πλανήτης).

También en este campo de la ciencia, más futuro que pasado, el griego clásico aporta y enriquece.