Sí, claro, nos cuesta separarnos después de tantas horas de pelea con aoristos radicales y neutros variables, después de perseguir pronombres rebeldes en el diccionario, después de compartir trabajos y desayuno a primera hora de los miércoles, después de descubrir juntos al gran poeta, al primer poeta de Occidente, a Homero.
Echaremos de menos a Omar el de pronta sonrisa, a Abel que toca las nubes, a Ilham de ojos de noche, a Ángela de espíritu socarrón, a la dulce Siham, a Ángela presa del móvil, a Omar el que habla entre dientes, a la curiosa Andrea, a Laura discípula de Apolo, a Rocío que ríe entre lágrimas, a la silenciosa Rebeca, a Karla que vino de lejos, a la resuelta Sofía, a Danilo el indeciso, a la esmerada Alejandra, a Nuria la que se sorprende a sí misma, a la esforzada Marta, a Merche que desconfía de sí misma, a la constante Mamen y a Pilar la alborotadora.
Pero nos alegra mucho verlos emprender nuevos vuelos y sabemos de volverán de vez en cuando a contarnos lo que han visto.
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