Sí, es verdad que no se trata precisamente de una versión fiel al mito. La joven autora, Irene Roga, toma como pretexto los lugares, los seres y los nombres griegos, pero La canción de Ariadna no se inspira en el dramático destino de la princesa enamorada que traicionó a su padre descubriendo a un joven extranjero el secreto del laberinto de Creta.
Aún así, ¿quién dijo que el mundo griego era cosa del pasado?
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